Dios te dará la victoria

Dios te bendiga amado lector, hoy vuelvo a publicar un escrito después de vivirlo en carne propia, esta enseñanza del Rey Josafat nos enseña muchas cosas de como Dios obra en medio de las situaciones difíciles, espero que seas bendecido a leer esto.


Texto bíblico base: 2° Crónicas 20:1 y 2

Victoria sobre Moab y Amón

  Pasadas estas cosas, aconteció que los hijos de Moab y de Amón, y con ellos otros de los amonitas, vinieron contra Josafat a la guerra.

Y acudieron algunos y dieron aviso a Josafat, diciendo: Contra ti viene una gran multitud del otro lado del mar, y de Siria; y he aquí están en Hazezon-tamar, que es En-gadi.

 

Introducción

¿Qué hacemos en medio de la prueba?

Cuando el Señor decide probar nuestra fe, él espera de nosotros una plena confianza en él, rendición, humillación, búsqueda, alabanza,  porque él sabe lo que hace en nuestras vidas, él es el Soberano, si él decide probarnos siempre es con un propósito y será para nuestro bien. Pero cuando vienen las pruebas de Dios ¿cómo reaccionamos ante esa situación?, ¿aceptamos las pruebas con madurez y con gozo? diciendo Señor aquí estoy, haz lo que tengas que hacer en mí ó quizá no es así, porque cuando uno no acepta la prueba de Dios, no hay una actitud de búsqueda de Dios, no hay alabanza, no hay gratitud, no hay humildad, no hay madurez, y no dejamos que el Señor trabaje en nuestra vida.

1.   La prueba del rey Josafat

En Israel hubo reyes malos y buenos, se puede decir que Josafat fue un rey bueno en 2° de Crónicas 17 nos relata una breve explicación de lo que hizo durante su reinado.

 Reinado de Josafat

  Reinó en su lugar Josafat su hijo, el cual se hizo fuerte contra Israel.

2Cr 17:2  Puso ejércitos en todas las ciudades fortificadas de Judá, y colocó gente de guarnición en tierra de Judá, y asimismo en las ciudades de Efraín que su padre Asa había tomado.

2Cr 17:3  Y Jehová estuvo con Josafat, porque anduvo en los primeros caminos de David su padre, y no buscó a los baales,

2Cr 17:4  sino que buscó al Dios de su padre, y anduvo en sus mandamientos, y no según las obras de Israel.

2Cr 17:5  Jehová, por tanto, confirmó el reino en su mano, y todo Judá dio a Josafat presentes; y tuvo riquezas y gloria en abundancia.

2Cr 17:6  Y se animó su corazón en los caminos de Jehová, y quitó los lugares altos y las imágenes de Asera de en medio de Judá.

 

Josafat se dio cuenta que conocer la Palabra de Dios era el primer paso para hacer que el pueblo comenzara a vivir como debía, así que inició una educación religiosa a todo lo largo de la nación. Revirtió la decadencia religiosa que ocurrió al final del reinado de Asa al colocar a Dios en primer lugar en la mente del pueblo y al infundirle un sentimiento de compromiso y de misión. Debido a esta acción, la nación comenzó a seguir a Dios.

Después nos relata más adelante que Josafat nombró Jueces en Jerusalén para que ejercieran justicia, e inmediatamente tuvo la noticia que venía una gran multitud contra él, las naciones de Moab y Amón venían en guerra contra él.

Ahí empezaría un periodo de prueba contra el Rey Josafat, ahora ¿Qué hizo él ante la prueba? ¿Reacciono bien? ¿Tomo buenas decisiones?

Yo me imagino que era un día como cualquier otro en la vida del Rey Josafat, se levantó, recorrió su palacio por la mañana, reviso su agenda para ver los pendientes del día, y de pronto vinieron algunos y le dijeron ¡contra ti viene una gran multitud! Me imagino que batallo en pasar saliva, empezó a sudar frio, y todo lo que tenía planeado amenazaba con venirse abajo.

Aplicando esto a nuestra vida le pregunto ¿Qué está viniendo contra ti? ¿Cuál es la gran multitud que viene amenazante? Amenazando tu salud, tu tranquilidad, tus sueños, los planes que Dios te dio, ¿ya lo identificaste? ¿Estás preparado para lo que viene? ¿Cómo está tu corazón?

2Cr 20:3  Entonces él tuvo temor; y Josafat humilló su rostro para consultar a Jehová, e hizo pregonar ayuno a todo Judá.

 
Aquí podemos ver que el Rey Josafat fue presa del temor, se estremeció en lo profundo, pero no se debilito. Al contrario tomo una buena decisión, la mejor, acudir a Dios. Veamos el siguiente versículo.

  

2.- La reacción de Josafat

 

2Cr 20:4  Y se reunieron los de Judá para pedir socorro a Jehová; y también de todas las ciudades de Judá vinieron a pedir ayuda a Jehová.

 

¿Qué evito que Josafat desfalleciera de miedo, desesperanza y temor?

Es porque el Rey Josafat tenía una vida de comunión íntima con Dios continua y constante. La evidencia de esto lo registra 2 Crónicas 17: 3-6

2Cr 17:3  Y Jehová estuvo con Josafat, porque anduvo en los primeros caminos de David su padre, y no buscó a los baales,

2Cr 17:4  sino que buscó al Dios de su padre, y anduvo en sus mandamientos, y no según las obras de Israel.

2Cr 17:5  Jehová, por tanto, confirmó el reino en su mano, y todo Judá dio a Josafat presentes; y tuvo riquezas y gloria en abundancia.

2Cr 17:6  Y se animó su corazón en los caminos de Jehová, y quitó los lugares altos y las imágenes de Asera de en medio de Judá.

 

¿Es posible que los niños aprendan más de los errores de sus padres o simplemente los repiten? En las vidas de los personajes de la Biblia, encontramos que son muy poderosos y duraderos los efectos de los ejemplos de los padres. Durante la mayor parte de su vida, parece que Josafat había sido un hijo que aprendió de los errores de Asa, su padre y siguió sus acciones positivas.

Tomando esto como ejemplo, si conversamos con Dios diariamente, tenemos días de ayuno, si leemos la Escritura, la memorizamos y la escudriñamos nuestro corazón estará preparado y fortalecido para cuando se avecine la prueba. Tenemos que buscar a Dios cada día, no solo cuando tengamos problemas.

Sal 105:4  Buscad a Jehová y su poder; Buscad siempre su rostro.

 
3.- Reconociendo la realidad

2Cr 20:5  Entonces Josafat se puso en pie en la asamblea de Judá y de Jerusalén, en la casa de Jehová, delante del atrio nuevo;

2Cr 20:6  y dijo: Jehová Dios de nuestros padres, ¿no eres tú Dios en los cielos, y tienes dominio sobre todos los reinos de las naciones? ¿No está en tu mano tal fuerza y poder, que no hay quien te resista?

2Cr 20:7  Dios nuestro, ¿no echaste tú los moradores de esta tierra delante de tu pueblo Israel, y la diste a la descendencia de Abraham tu amigo  para siempre?

2Cr 20:8  Y ellos han habitado en ella, y te han edificado en ella santuario a tu nombre, diciendo:

2Cr 20:9  Si mal viniere sobre nosotros, o espada de castigo, o pestilencia, o hambre, nos presentaremos delante de esta casa, y delante de ti (porque tu nombre está en esta casa), y a causa de nuestras tribulaciones clamaremos a ti, y tú nos oirás y salvarás.

2Cr 20:10  Ahora, pues, he aquí los hijos de Amón y de Moab, y los del monte de Seir, a cuya tierra no quisiste que pasase Israel cuando venía de la tierra de Egipto, sino que se apartase de ellos, y no los destruyese;

2Cr 20:11  he aquí ellos nos dan el pago viniendo a arrojarnos de la heredad que tú nos diste en posesión.

2Cr 20:12  ¡Oh Dios nuestro! ¿no los juzgarás tú? Porque en nosotros no hay fuerza contra tan grande multitud que viene contra nosotros; no sabemos qué hacer, y a ti volvemos nuestros ojos.

2Cr 20:13  Y todo Judá estaba en pie delante de Jehová, con sus niños y sus mujeres y sus hijos.

 

El rey reconoció la realidad: ¡no sabía que hacer!, sabía que el ejército que venía contra él era demasiado grande para derrotarlo.

Aplicando esto a nuestra vida es que hay veces que vienen las pruebas y no sabemos qué hacer, empezamos a pensar mal a sugestionarnos, a pensar en lo peor, y ¿Dónde está la confianza en el Señor?

El rey Josafat reconoció la realidad, con mis fuerzas no puedo, es mucho ejército, tuvo la humildad para reconocer su debilidad ante Dios.

Tenemos que echar fuera de nosotros todo sentimiento de orgullo, suficiencia, yo las puedo todas, egoísmo, dejémonos de engañar a nosotros mismos diciendo está todo bien, cuando no es así, si las cosas van mal, están mal, no hay que esconderse, hay que hacer algo, me tengo que acercar a Dios.

Nosotros también tenemos que reconocer la realidad en la cual estamos y ser humildes ante Dios, hay veces que Dios está esperando que usted de el primer paso y es reconocer su necesidad de él, acercarnos a Dios y decirle Señor ¡no puedo!, ¡no sé qué hacer!, ¡me siento estancado en el ministerio!, ¡me falta inteligencia! ¡no puedo dejar este pecado! ¡estoy batallando económicamente, ¡de repente tengo malos pensamientos!

En la oración que hizo el Rey Josafat hay varios ingredientes esenciales.

a)   Se humillo. Ver 3

b)   Entrego la situación a Dios, reconoció que solo Dios podía salvar a la nación. ver 6-9

c)   Reconoció la soberanía de Dios en la situación. Ver 10-12

¡Josafat alabo la gloria de Dios y se consoló en sus promesas!

Hay una frase interesante al final del ver. 12 dice a ti volvemos nuestros ojos, para tener victoria en la prueba hay que tener la mirada en el Señor, y en nadie más, lo demás es pura distracción.

¿Qué vio David contra Goliat? El no vio a un hombre de 3 metros de altura sino que vio a un Dios tan inmenso.

¿Que vio Daniel cuando estaba en el foso? Leones o un Dios que los ve como gatitos.

 

Cuando vemos a Dios todas las demás cosas parecen pequeñas, para Dios nuestros problemas son insignificantes.

 

4.- Dios pelea nuestras batallas

 

2Cr 20:14  Y estaba allí Jahaziel hijo de Zacarías, hijo de Benaía, hijo de Jeiel, hijo de Matanías, levita de los hijos de Asaf, sobre el cual vino el Espíritu de Jehová en medio de la reunión;

2Cr 20:15  y dijo: Oíd, Judá todo, y vosotros moradores de Jerusalén, y tú, rey Josafat. Jehová os dice así: No temáis ni os amedrentéis delante de esta multitud tan grande, porque no es vuestra la guerra, sino de Dios.

2Cr 20:16  Mañana descenderéis contra ellos; he aquí que ellos subirán por la cuesta de Sis, y los hallaréis junto al arroyo, antes del desierto de Jeruel.

2Cr 20:17  No habrá para qué peleéis vosotros en este caso; paraos, estad quietos, y ved la salvación de Jehová con vosotros. Oh Judá y Jerusalén, no temáis ni desmayéis; salid mañana contra ellos, porque Jehová estará con vosotros.

2Cr 20:18  Entonces Josafat se inclinó rostro a tierra, y asimismo todo Judá y los moradores de Jerusalén se postraron delante de Jehová, y adoraron a Jehová.

 

Dice de los versos 14 al 18 que cuando el enemigo avanzó en Judá, Dios habló por medio de Jahaziel: "No temáis ni os amedrentéis[...] porque no es vuestra la guerra, sino de Dios". Quizá no estemos luchando con un ejército, pero todos los días luchamos con la tentación, la presión y "huestes espirituales de maldad" (Eph_6:12) que quieren que nos rebelemos contra Dios. Debemos recordar que, como creyentes, tenemos el Espíritu de Dios en nosotros. Si pedimos la ayuda de Dios cuando enfrentamos luchas, Dios peleará por nosotros. Y Dios siempre triunfa.

2Cr 20:19  Y se levantaron los levitas de los hijos de Coat y de los hijos de Coré, para alabar a Jehová el Dios de Israel con fuerte y alta voz.

2Cr 20:20  Y cuando se levantaron por la mañana, salieron al desierto de Tecoa. Y mientras ellos salían, Josafat, estando en pie, dijo: Oídme, Judá y moradores de Jerusalén. Creed en Jehová vuestro Dios, y estaréis seguros; creed a sus profetas, y seréis prosperados.

2Cr 20:21  Y habido consejo con el pueblo, puso a algunos que cantasen y alabasen a Jehová, vestidos de ornamentos sagrados, mientras salía la gente armada, y que dijesen: Glorificad a Jehová, porque su misericordia es para siempre.

2Cr 20:22  Y cuando comenzaron a entonar cantos de alabanza, Jehová puso contra los hijos de Amón, de Moab y del monte de Seir, las emboscadas de ellos mismos que venían contra Judá, y se mataron los unos a los otros.

2Cr 20:23  Porque los hijos de Amón y Moab se levantaron contra los del monte de Seir para matarlos y destruirlos; y cuando hubieron acabado con los del monte de Seir, cada cual ayudó a la destrucción de su compañero.

2Cr 20:24  Y luego que vino Judá a la torre del desierto, miraron hacia la multitud, y he aquí yacían ellos en tierra muertos, pues ninguno había escapado.

2Cr 20:25  Viniendo entonces Josafat y su pueblo a despojarlos, hallaron entre los cadáveres muchas riquezas, así vestidos como alhajas preciosas, que tomaron para sí, tantos, que no los podían llevar; tres días estuvieron recogiendo el botín, porque era mucho.

2Cr 20:26  Y al cuarto día se juntaron en el valle de Beraca; porque allí bendijeron a Jehová, y por esto llamaron el nombre de aquel paraje el valle de Beraca, hasta hoy.

2Cr 20:27  Y todo Judá y los de Jerusalén, y Josafat a la cabeza de ellos, volvieron para regresar a Jerusalén gozosos, porque Jehová les había dado gozo librándolos de sus enemigos.

2Cr 20:28  Y vinieron a Jerusalén con salterios, arpas y trompetas, a la casa de Jehová.

2Cr 20:29  Y el pavor de Dios cayó sobre todos los reinos de aquella tierra, cuando oyeron que Jehová había peleado contra los enemigos de Israel.

2Cr 20:30  Y el reino de Josafat tuvo paz, porque su Dios le dio paz por todas partes.

 

Si nos fijamos dice en varios versículos que ellos alabaron y glorificaron a Dios con alabanzas en medio de la prueba.

¿Podemos adorar a Dios en medio de las pruebas? Bueno las Escrituras nos dicen que si, sin embargo, normalmente en medio de las pruebas, lo que hacemos es quejarnos de Dios, le decimos porque permite eso, no sabiendo que Dios está en control de todo y que lejos de quejarnos podemos adorarlo, siendo bellos testigos a los demás.

Si podemos adorar a Dios en medio de las pruebas, pero debemos de pedirle a Dios que nos de la fortaleza para lograrlo. Santiago escribe acerca del gozo que debe de haber en nuestras vidas en medio de las pruebas, Él dice en Santiago 1:2: “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas”

La idea no es fingir ser feliz cuando uno se enfrenta al dolor, sino tener una perspectiva positiva ("tener por sumo gozo") por lo que las pruebas pueden producir en nuestra vida. Santiago nos dice que debemos convertir nuestras dificultades en períodos de aprendizaje. Los tiempos difíciles pueden enseñarnos paciencia.

Conclusión

A veces Dios te permite que llegues hasta el campo de batalla, no para que pelees sino para que veas como El pelea por ti….

Quizá en este momento está pasando por un periodo de prueba y como un consejo resumiendo toda la predicación es que Cristo pelea por ti, el siempre triunfa, jamás será derrotado, permita que Cristo pelee su batalla, reconozca sus debilidades, deje que su Espíritu Santo trabaje en usted.

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