Dios me ama y yo le amo a él
Filipenses 2:5-11
Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo
también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser
igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando
forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición
de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y
muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un
nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda
rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra;
y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
Yo jamás entenderé porque Dios me ama, el no necesita de mí, que puedo yo ofrecer, soy insignificante ante su presencia, soy pecador y faltoso, por eso jamás entenderé su eterno amor, pero a mí me basta con saber que el creador de todo el universo tiene tiempo para mí y que soy especial para él, eso a mí me basta y hace que brote de mi corazón agradecimiento, porque yo, siendo una creación tan pequeña comparado con las cosas tan vastas que hay en todo el universo, Dios piensa en mí y está al pendiente de lo que hago.
Cuando leo Filipenses capítulo 2, versos
del 5 al 11, me causan mucho asombro, me impactan, es algo tan ilógico para mí
el pensar que a un Dios tan grande y majestuoso le importe mi vida y lo que
soy. Estos versículos dan luz del grande y misterioso amor por la humanidad, él
siendo Dios, Santo y temible, el único Dios vivo, creador de todo, tuvo el
deseo de encarnarse en hombre para estar cerca de nosotros, hay muchos hombres
que sueñan en ser dioses pero mi Dios anheló ser hombre, porque quería
rescatarme, porque él veía que mi final iba a ser triste y eso causo que él se
despojará de sí mismo, nadie lo despojó, fue su decisión, pero no solo fue
hombre sino que además fue siervo, el vino a servir cuando pudo haber sido
servido como el Rey que es, pero su deseo fue servir, humillarse hasta la
muerte y no cualquier muerte, una muerte de cruz, la más terrible y humillante
muerte que él soportó por amor, por eso cuando digo que jamás entenderé porque
él me ama es porque tengo bases fuertes para llegar a esa conclusión, él
ofreció su vida por amor, nadie se la quitó, él la entrego, dice en otra parte
de la palabra que como cordero fue llevado al matadero, eso causa en mi
tristeza pero a la vez asombro, porque Dios dejo que lo lastimarán, recibió
azotes, insultos, escupitajos, pero el no dijo nada. Dicen que cuando van a
sacrificar a un cerdo, este hace mucho ruido y lucha por su vida, pero cuando
van a sacrificar a un cordero u oveja, cuando este animalito ve el cuchillo
cerca de su cuello dicen que empieza a llorar, él no lucha por su vida, ni hace
escandalo sino que solo llora, Jesús soportó todo por mí, él solo lloró, y
cuando medito en esto, solo puedo decir que en verdad Dios es amor.
Solo le pido a Dios que me ayude a amarlo como él me ama, que haya en mi ese mismo sentir que hubo en él, amar sin condición, amar con sacrificio, amar con hechos y no solo palabras, tan pequeño soy, tan débil, tan imperfecto, eso me haría pensar que no tengo propósito en la tierra, que soy solo polvo de estrellas, pero cuando él me reveló su amor, entendí que fui diseñado por él, que fui puesto en esta tierra con el propósito de disfrutar de su amor, hacer buenas obras y vivir para alabanza de su gloria.
Con amor
Arturo Aguilar
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